31/12/11

A los jueces que nos destrozaron la vida...

Espero que estén disfrutando de unas apacibles fiestas de navidad y les deseo un feliz año nuevo y una vida repleta de prosperidad. Como verán no es lo mismo que ustedes nos han ocasionado y deseado a la vida de mis hijos, su familia extensa materna y a mí…. Desde hace ya ocho interminables y dolorosísimos años.

… Mis queridos hijos, su familia extensa materna, y yo, su MADRE. Llevamos con estas, ya cinco (con el mayor) y cuatro con el pequeño, navidades separados. Y aproximadamente ocho y cuatro años respectivamente, que a mis hijos se les obligó a repudiar los lazos de amor y cariño existentes, hacia todos nosotros.
Fueron primero interrumpidos, después prohibidos, luego castigados y finalmente destruidos. El motivo; elegir separarme de su padre.

"Supuestamente" ¡Así lo permitieron ustedes sin dilación! ¡De un plumazo!... y a otra cosa mariposa.

Esta noche cuando comiencen a felicitarse el Año nuevo y brinden rebosantes de alegría con champagne, deseo que a sus pensamientos vuelvan mis dos preciosos hijos. Y el sentimiento de amargura que seguramente sentirán en sus corazones tristes, al saberse lejos de su querida madre, y de sus abuelos, primos, tíos, etc., un año más y en unas fechas tan señaladas como estas. Y la inmensa incertidumbre y angustia, de tenerme tan cerca pero tan lejos, ya que al vivir en el mismo municipio y pequeño, a penas nos separan 100 m.

Mis hijos han sido “supuestamente” desprotegidos por las leyes y por su forma de impartir ¿justicia? y ¿protección al menor?. ¡Y nadie!, refiriéndome judicialmente, ¡aún teniendo indicios, datos, y aún “viendo o dándose cuenta de detalles, cosas”!, ha hecho nada… Se han lavado las manos al no investigar que estaba ocurriendo realmente, haciendo caso omiso a mis peticiones de auxilio respecto a la integridad psíquica de mis hijos. Y al no intentar averiguar y esclarecer realmente si existía ese posible daño psicológico, ni con recursos, ni con medios avalados ni probados. Y en consecuencia a estas actuaciones inexistentes, no han parado, y ni siquiera evitado acertadamente, un gravísimo daño psíquico y emocional (puede que ya irreparable) a mis hijos. Por que señores, ustedes le han dado carta blanca a la persona equivocada, dejaron a unos menores, a merced de una mala persona. Y por ello, ustedes vulneraron por mucho que quieran camuflarlo, los derechos de mis hijos como niños y como humanos.

¿El maltrato psicológico a los menores no es un delito? ¿Dónde se aplican en ese caso los derechos humanos? ¿Y los derechos de los niños? ¿Y las leyes? ¡A claro! ¡Ahora caigo! Debe de ser que a quien no le toca, no le duele ¿verdad?. Igual que cuando se produce un terremoto, una catástrofe, o a nuestro vecino le diagnostican una enfermedad terminal. Al principio te estremeces, te asustas y bajas a la realidad, tocas el suelo, pero cuando pasan un par de semanas, es como que se te olvida… Estamos tan acostumbrados a ver películas violentas y catastrofistas y casi siempre con final feliz, que confundimos la ficción con la realidad.

Seguro en estas fechas, ustedes, se encontrarán en compañía de casi todos sus seres queridos, y si no es así, será por motivos ajenos a una imposición debida supuestamente, a negligencias judiciales. Negligencias que utilizando los representantes (abogados, fiscales, psicólogos trabajadores sociales, etc., adscritos a los juzgados) de nuestra supuesta ¿“justicia “?, excusas. Justifican, intentando cerrar la boca a progenitores y familias extensas de est@s, destrozadas por el dolor y la impotencia, debido a las consecuencias devastadoras ocasionadas, por esos “supuestamente” errores judiciales. Reiterando una y otra vez, que en supuestos casos de maltrato psicológico, no se puede hacer nada, que están atados de pies y manos, por que no existen medios judiciales, ni recursos, ni leyes que lo regulen. Y encima soltándote la coletilla: -lo único que puedes hacer es darle tiempo al tiempo y esperar… muchos de esos niños vuelven…
(¡Por favor, que barbaridad!). ¿Muchos de esos niños vuelven? ¿Y los que no? ¿Y los que queden destrozados o afectados psicológicamente? ¿Y los que se suiciden o se lancen a las drogas o al alcohol, sintiéndose encima (para mas inri y sin razón) culpables por algo a lo que se vieron obligados a hacer?, que fue destrozar su infancia, ó su adolescencia, ó su propia vida, la de una de las dos personas a la que mas querían (su madre o su padre), y la de toda la familia extensa de esta.

Les repito FELIZ NAVIDAD. Esta noche espero que no se les atraganten las uvas, como a mi se me atragantarán cada una de las lágrimas que derramen mis ojos y los de mi pobre madre (abuela de mis hijos), al escuchar las campanadas.

Atenea.
Por que como vengo diciendo de unos meses a acá. Me van a escuchar hasta en Pekín. Ya nadie me va a hacer callar.

SE ACABÓ

1 comentario:

Atenea y Xena dijo...

Con un par hermanita, con un par.
Verguenza tendría que darles, estoy contigo. Te quiero
Ana