11/11/10

Mi Angel...


Hoy... me han contado... que cada uno de nosotros tiene un Angel de la Guarda que le protege...

Hoy... me han contado... que mi Angel es Manakel...

Hoy... he buscado relatos... y si... me ha gustado lo que he encontrado...

Hoy... quiero intentar creer...

Manakel

El Angel visita a la Primera Estrella

Fue entonces que transcurrido un año del tiempo de los hombres el Ángel visitó a la primera Estrella y le dijo: - El ciclo se ha completado y las hojas del Árbol que faltaban caer han caído, la estación anuncia la llegada de la regeneración y del florecimiento. No existe Árbol bueno que dé frutos malos, ni Árbol malo que dé frutos buenos, es imposible recoger Higos de las Zarzas, ni Uvas de las Higueras, es por ello que debéis contemplar el Árbol que ha sido plantado en vuestro patio y sabréis que frutos os dará. Habéis sido elegida mucho antes de que tomarais conciencia de ello y bendecida habéis sido también con las esencias que os nutren.

Tiempo atrás la primera Estrella había quedado muy desconcertada por la partida del Ángel y no tuvo noticias de él hasta este preciso momento, en que en medio del movimiento y ajetreo cotidiano de la vida, se le presentó de improviso.

La Primera Estrella: - ¡Oh Ángel mío, que encanto y alegría llena mi ser al veros aquí!, ¡que recuerdos tan imborrables y maravillosos en que juntos compartimos tantas y tantas verdades!, más has llegado a un templo desierto y no sé si ha sido mi culpa, aquellos quienes nos acompañaron no los he vuelto a ver.

El Ángel: - ¿Por sus frutos los conoceréis?, lo que cada cual alberga en su ser solo a través de sus actos puede llegar a ser medido, hay quienes sucumben ante su extraviada realidad y otros se proyectan más allá de sus aparentes limitaciones, más contemplad vuestro templo, él sigue allí intacto. Porque no son quienes a él asisten los que lo engrandecen, sino, quienes guardan en sus corazones la belleza de la Verdad.
- Os han dispuesto un altar, decidme: ¿Qué habéis hecho para que vuestro Árbol crezca sano y fuerte? Un Árbol tiene Esperanza, aún talado, vuelve a retoñar, sus ramas brotan una tras otra sin parar ni detenerse y sean viejas sus raíces en la Tierra polvorosa y seca, al contacto con el Agua vuelve a reverdecer y vuelve a dar frutos. No os acongojéis por lo que os falte, sino, regocijaos por lo que habéis obtenido, porque no se mide el Alma ni se le compara con el pasado, ni se le dan nombres a las vivencias que fueron, decid mejor: ¿qué es lo que puedo yo hacer para engrandecer aún más mi Espíritu?, ¿cómo puedo yo demostrar mi agradecimiento y mi Amor?
La Primera Estrella: - ¡Oh, es cierto que he faltado atesorando mi orgullo por sobre la comprensión!, era yo quien protegía, era la firmeza y la sensatez, más ahora soy esclava de mi indiferencia.

El Ángel: - ¿Cómo se puede trabajar sin ganas?, ¿cómo se puede vivir sin pasión?, ¿cómo se puede aplacar la soberbia sin humildad?- Yo sé bien que vos queréis Amor constante, amigos leales, un refugio y un asilo, consuelo y abrigo, yo se bien lo que os inspira y da gozo, y es por ello que os digo: todo cuanto habéis hecho ha sido suficiente y todo cuanto no habéis hecho ha sido necesario que así fuera, porque, aún que vos quisierais intentar corregir lo que marcha mal en la vida de los demás, habéis comenzado a comprender que involucrarse más allá de lo necesario tiene un costo muy elevado para todos. Intentad equilibrar vuestras emociones y buscad el buen juicio. Sé que os esforzáis por evitar que la decepción os domine y tratar de tomar la vida tal cual se os enfrenta, pero aún y cuando esto pareciera ser un ideal, es más una forma de separarse de la realidad, por lo tanto, permitiros volver a ensayar vuestros logros y dejad que se manifiesten vuestros dones. Volved a participar del juego. Cultivad para vos la paciencia y concentraos en vuestro crecimiento.
- ¡Oh buena Estrella, que el tiempo transcurrido sea para vos como los colores de un atardecer que lentamente se desvanecen y esperad con Fe el despertar de un nuevo día!. Fue así como, al transcurrir de un ciclo perfecto, el Árbol mostró sus nuevas hojas.

Atenea,

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